viernes, 25 de junio de 2010

Lubina a la Sal



Recordamos hace ya algún tiempo una decepcionante lubina a la sal que se nos quedó un tanto seca, con lo cual decidimos informarnos más detalladamente sobre la elaboración. La siguiente salió estupenda gracias a los consejos recibidos.
De la mejor manera que elaboramos una lubina a la sal, es la siguiente:
No descames el pescado cuando vayas a cocinarlo a la sal, ya que las escamas protegen la carne de la alta temperatura y así no se seca tanto. Es importante utilizar la cantidad exacta de sal, la regla es 2 kilos de sal gruesa por cada kilo de pescado. Hay quien además aromatiza la sal con hierbas, esta también es una idea genial.
Otro truco es rociar la sal con unas gotas de agua y presionarla con las manos contra la lubina, pero si además pretendes una costra más dura, entonces añade una clara de huevo a la sal y verás el resultado.

Una vez cocinado, es importante no dejar nunca que el pescado se enfríe dentro de la costra, ya que la carne se secaría y quedaría muy salada. Lo mejor es una vez que la has sacado del horno, disponerla en la mesa y romper la costra. Entonces con la ayuda de una cuchara, retira la cabeza y la piel de la lubina, separa los filetes y condiméntalos con aceite y unas gotas de limón.
Claro que si damos estos consejos y no explicamos como se elabora, de nada sirve, con lo cual damos una breve explicación de su elaboración:
Si vais a comer dos o tres personas, lo ideal es una lubina de un kilo de peso, empezamos por hacerle un pequeño corte en el vientre y eliminamos su interior además de las branquias. Lavamos la lubina y la secamos tanto por fuera como por dentro y a continuación lo condimentamos al gusto. En nuestro caso introducimos en el vientre un poco de sal y pimienta, un puñado de hierbas aromáticas, un poquito de aceite y unos trozos pequeños de limón.
Colocamos un kilo de sal en la fuente refractaria y disponemos encima la lubina terminándola de cubrir con el otro kilo de sal. Cocemos en el horno a 220º C durante aproximadamente 50 minutos o hasta que veas que la sal se ha endurecido y se rompa.

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